nuestra historia

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La casa, situada en la aldea de Santo Estevo de Ribas del Sil, provincia de Ourense y en pleno corazón de la Ribeira Sacra, fue construida hacia 1870 por Federico y Martina, tatarabuelos de las actuales propietarias.

Unos años después de su construcción, fue la hija de ambos, Dorinda (la bisabuela de las actuales propietarias), la que ocupó la vivienda junto a su marido Manuel y allí nacieron los siete hijos: Angelines, Antonio, Manuel, Delfin, Celia, Amable, y María Olimpia, la más pequeña, conocida como «Maruja».

La casa en 1930

Cuando en 1931 falleció Manuel, Dorinda se quedó al cargo de la casa y de sus hijas menores.

En 1971, fallece Dorinda y la repartición testamental estipula que la casa sea dividida en dos partes: una parte para la hija mayor, Angelines y la otra parte para la hija más pequeña, María Olimpia, la abuela de las actuales propietarias.

Celia, Esther, Celita, Maruja, Elenita y Manolito con Dorinda.

Para María Olimpia, que se había casado en 1939 con Manuel y residían en Bergara (País Vasco), la casa se convirtió en su lugar de descanso estival, hasta que cayó enferma en 2007.

María Olimpia tuvo dos hijos varones, Luis y Manuel y una hija, Elena, a la que cariñosamente llamaban «Elenita». Esta última acompañaba a su madre en la casa, todos los veranos.

Con ella también viajaban hasta allí las tres hijas de Elenita y actuales propietarias: Dorinda, Leticia y Marlen.

María Olimpia con su perro Tarzán en 1949

En 2014, fallece María Olimpia, dejando la casa como legado a sus tres nietas, que tantos veranos habían pasado en ella.

Es entonces cuando inician un proyecto de recuperación de la casa original, adquiriendo la otra mitad de la casa (en ruinas desde los años ochenta) y el terreno adyacente, que en su inicio, formaron la vivienda original.

En 2023 terminan la obras de rehabilitación integral de la casa que recuperaba un espacio único en la parte alta de la aldea.

Leticia, Dorinda y Elena (Marcos) en 2015, en la entrada de la casa.

«Casa Elenita» es un homenaje a todas las mujeres que han dado vida a esta casa desde 1870 y muy especialmente, a Elenita, la madre de las tres propietarias, fallecida en 2020 y que da nombre a la casa.

Elenita en 1963.
Las mujeres gallegas – labriegas, marineras, artesanas, obreras, pasado, pueblo, presente, alma y futuro de Galicia -. (...) Las mujeres que hablan gallego, que son fuerza del pueblo.
Manuel María
Poeta